Estimado Sr. Bush:
¿Tiene alguna idea donde están todos nuestros helicópteros? Es el día 5 desde el
huracán Katrina y miles de personas permanecen desamparadas en Nueva Orleans y
necesitan ser rescatadas por aire.
¿Dónde diablos puede usted haber puesto todos nuestros helicópteros
militares? ¿Necesita ayuda para encontrarlos? Yo una vez perdí mi carro en el
estacionamiento de Sears. Hombre, ese sí que fue todo un rastreo.
¿Tiene usted alguna idea de dónde están todos nuestros soldados de la Guardia
Nacional? Porque realmente podríamos usarlos justo ahora, para el tipo de tareas
para la que se alistaron, como es la ayuda en desastres nacionales. ¿Cómo es
posible que no estuvieran allí?
El jueves pasado yo estaba en el sur de la Florida y me senté afuera mientras el
ojo del huracán Katrina pasaba sobre mi cabeza. Era solo categoría 1 en ese
momento y ya era horrible. Once personas murieron y hasta el día de hoy todavía
hay hogares sin energía. Esa noche, el hombre del tiempo dijo que la tormenta
iba camino a Nueva Orleans. ¿Nadie se lo dijo? Yo sé que a usted no le gusta
interrumpir sus vacaciones y sé que detesta las malas noticias. Además, usted
tiene patrocinantes que atender y madres de soldados muertos a las que ignorar y
difamar. ¡Seguro les dio una lección!
A mí particularmente me gustó que el día después del huracán, en lugar de volar
a Louisiana, voló a San Diego a celebrar con sus compinches de negocios. No deje
que la gente lo critique por eso, después de todo, el huracán ya había pasado y
¿qué rayos podía hacer, poner el dedo en el dique?
No escuche a esos que, en los próximos días, van a revelar como específicamente
usted redujo el presupuesto del cuerpo de ingenieros del ejército de Nueva
Orleans este verano por tercera vez consecutiva. Sólo dígales que si usted no
hubiera recortado el dinero para reparar esos diques, de todas maneras no habría
habido ingenieros militares para repararlos porque usted tiene trabajos de
construcción mucho más importantes para ellos -¡CONSTRUIR LA DEMOCRACIA EN IRAK!
En el día 3, cuando finalmente dejó su hogar de vacaciones, tengo que decir que
me emocioné al ver como su piloto del Air Force One descendió de las nubes
mientras sobrevolaba Nueva Orleans para que usted pudiera dar una rápida mirada
en el desastre. Claro, yo sé que no podía parar, tomar el toro por los cuernos,
pararse en algunas ruinas y actuar como un comandante en jefe. Estando allí y
hacer aquello.
También estarán aquellos que tratarán de politizar esta tragedia y utilizarla en
su contra. Sólo tiene que mantener a su gente denunciándolo. Sin responder a
nada. Incluso aquellos molestos científicos que predijeron que esto sucedería
porque el agua en el Golfo de México se está calentando cada vez más haciendo
una tormenta como esta inevitable. No los atienda, ni tampoco todo ese cuento del
calentamiento global. No hay nada inusual en un huracán tan extenso comparable a
un tornado F-4 impactando sobre Nueva York hasta Cleveland.
No, Sr. Bush, usted mantenga el rumbo. No es su culpa que el 30% de Nueva
Orleans viva en la pobreza o que cientos de miles no tengan transporte para
salir de la ciudad. Vamos, ¡ellos son negros! quiero decir, no es así como pasó
en el puerto de Kennenbunk. ¿Se imaginan dejar a gente blanca en sus techos por
cinco días? ¡No me hagan reír!
La raza no tiene nada, ¡NADA que ver con esto! Manténgase firme, Sr. Bush. Basta
con que trate de encontrar unos pocos helicópteros del Ejército para enviarlos
allá. Haga de cuenta que la gente de Nueva Orleans y de la Costa del Golfo están cerca
de Tikrit.
Atentamente,
Michael Moore
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